¡FELIZ AÑO NUEVO!
Y gracias por seguir aquí.
Estaba deseando felicitaros el 2.019 y desearos mucha salud y nuevos retos que os llenen de ilusión y satisfacción personal.
Hace algunas semanas que quiero escribiros por aquí, pero como muchas y muchos de vosotr@s sabéis, están siendo meses de cambios en nuestra farmacia física, de transición y de aprendizaje personal. Por lo que no he tenido tiempo de publicar ninguna entrada y he tratado de responder a vuestros mails y consultas. En muchas de ellas, a través de la consulta telefónica, ya que es más rápido y me permite conocer mejor las necesidades particulares de vuestra piel.
Por eso, creo que debemos recibir el 2.019 con muchas ganas y tratando un tema que en los últimos meses ha sido la consulta más habitual, tanto en el servicio que realizamos de estudio de piel con dermoanalizador y seguimiento, como vía online y telefónica.
Tengo la piel… sensible, irritada, alterada, con rojeces, descamada, deshidratada, tirante… y necesito una solución.
Como veis cada ejemplo es distinto y a cada uno le corresponde un tratamiento diferente y preferiblemente personalizado; ya que no todas las pieles deshidratadas son iguales, ni todas las pieles sensibles reaccionan a los mismos estímulos o sustancias cosméticas. Por eso, es importante leer, por supuesto, pero sobre todo animaos a consultar sobre vuestro caso particular. Es la forma correcta de buscar una solución específica a “tengo la piel”, o “últimamente me ha cambiado y me noto”… “hasta ahora no la tenía así, pero los últimos meses”…
Cada problema, cambio, o alteración en nuestra piel requiere una solución y tratamiento específico. Y esto es porque nuestra piel cambia, porque es un órgano vivo, el más grande de nuestro cuerpo, como sabéis. Nuestra vida cambia, nuestra alimentación también, nuestros hábitos cotidianos en cada etapa de nuestra vida son diferentes, la actividad física que realizamos, los distintos estados de salud por los que pasamos, los tratamientos farmacológicos, el clima del lugar dónde vivimos, el estrés físico o emocional… Un cambio constante y una evolución constante, que requieren unos cuidados y soluciones concretas en cada momento, con una rutina cosmética personalizada.
Todo este entorno y las diferentes situaciones de nuestra vida afectan al estado de nuestra piel, y en un momento puntual puede que tenga una respuesta diferente a un cosmético al que hasta hace 4 días no la tenía, o un aspecto diferente. Por tanto, debemos adaptar nuestros tratamientos a cada necesidad puntual. Por ejemplo, la piel cambia durante el embarazo o tras una operación o época de estrés, y quizá en ese momento debamos pautar una rutina concreta, lo que no significa que debamos utilizarla de por vida, y en muchos casos, probablemente necesitaremos una rutina concreta por un tiempo limitado y más adelante, tengamos que volver a modificarla. Es importante hacer hincapié en este detalle porque me encuentro en muchísimas ocasiones con lo siguiente:
- Paciente que utiliza un gel limpiador excesivamente astringente para su tipo de piel (con jabón, seborregulador o para piel acneica), que además de secarla y deshidratarla, está agrediendo la microbiota propia de la piel. Por lo que, al medir con el dermoanalizador, nos encontramos con una piel deshidratada, irritada y seca (cuando quizá no es tan seca).
- En este caso simplemente, corrigiendo el cosmético de higiene facial, solucionamos varios problemas de la piel y mejoramos su calidad, aspecto y salud.
La pregunta es, ¿la paciente utilizaba este limpiador porque le gustaba o le daba buenos resultados? En muchos casos la respuesta es no. Más bien, “me lo dieron hace tiempo y no he cambiado”, o “hace años tuve acné y he seguido con él”, o “me lo prescribió el dermatólogo y lo uso desde los 15 años…”
Y si ahora tenemos 30 años (imaginemos este caso) y tampoco utilizamos los mismo vaqueros, ni comemos lo mismo, ni llevamos el mismo corte de pelo, ni tenemos la misma energía. Pero, quizá no nos hemos planteado que todo esto que vemos obvio en nuestro cuerpo, también le pasa a nuestra piel, por eso, hay que adaptarse y tener nuevas rutinas dermocosméticas y soluciones a nuestras necesidades actuales.
Espero que os haya resultado interesante y que quizá, much@s os hayáis sentido reflejados, porque a todos nos ha pasado, que no porque algo sea “lo de siempre”, sea más adecuado.
Para aportar algunos ejemplos más, os dejo este breve vídeo, que espero os resulte interesante:
¡Feliz día!
Imagen: Freepik
Buenos días, Tengo 59 años, mi piel es muy sensible y con rosácea eritematosa, me gustaría que me aconsejes una crema hidratante de día.
Un saludo,
Pilar
Hola Pilar.
Gracias por su confianza.
Para poder asesorarle de forma personalizada, necesito conocer más información sobre su tipo de piel, hábitos y necesidades.
Por eso, podemos concertar una consulta telefónica, si no esta cerca de Castellón.
Puede escribirme a consulta@farmaciapazferragut.com
Saludos,
Paz.
Buenas tardes, tengo 42 años la piel mixta que cremas nutritivas y hidratantes me irian bien para las arrugas y la flacidez, también tengo bolsas que productos me aconsejan. gracias.
Hola Lourdes.
Para poder asesorarte de forma personalizada, necesito más información sobre tu tipo de piel.
Podemos concertar vía mail, a través de consulta@farmaciapazferragut.com, una consulta telefónica personalizada.
Un cordial saludo,
Paz.