Todos sabemos que la piel de los niños es más sensible que la del adulto porque es diferente a la piel de los adultos. Por eso a la hora de seleccionar un protector solar para niños hay que seguir unas recomendaciones.
La piel de los recién nacidos y niños hasta los 2 años, es diferente a la del adulto porque todavía no está madura; es decir, es mucho más fina y las funciones fisiológicas todavía no se han desarrollado completamente. Por lo que está más desprotegida ante los agentes externos y los microorganismos. Hay que saber que mientras que en el adulto el grosor de la piel es de 2’1 mm, en el recién nacido es aproximadamente de 1’2 mm. Esta inmadurez en las funciones, junto con el grosor reducido, puede hacer que se absorban determinados ingredientes, como principios activos cosméticos y fármacos.
Y aunque el recién nacido ya cuenta con un elevado número de melanocitos, todavía producen poca melanina, por lo que su piel también está completamente desprotegida del sol.
Hay que saber que no existen solares que especifiquen que son para recién nacidos, los pediátricos son a partir de los 2 años, porque lo correcto es NO EXPONER AL SOL al recién nacido al sol, a no ser que sea por prescripción médica, que en este caso se hará sólo durante 10 minutos al día y fuera de las horas centrales de sol. Pero en realidad, y más en las zonas donde tenemos sol prácticamente todo al año, el bebé está recibiendo radiación solar, por eso debemos protegerlos. Los solares adecuados que utilizaremos son 100 % filtros minerales, sin filtros químicos. Sin perfumes, no comedogénicos e hipoalergénicos. Como por ejemplo, Photoderm MINERAL de Bioderma. Además este protector solar también es el ideal para pieles intolerantes a los filtros químicos y para pieles atópicas.
En el caso de niños a partir de 2 años sabemos que pasan mucho más tiempo expuestos al sol, durante todo el año, en la calle, escuela, parques, jardines y plazas donde juegan. Por lo que es muy importante la protección solar adecuada, todo el año. Debemos utilizar un fotoprotector pediátrico, no sólo para evitar quemaduras, sino también hay que prevenir los daños en el ADN celular que aparecerán en décadas posteriores.
Todo lo que debe llevar un protector solar para niños:
– Debe ser un FPS elevado, 30 o 50+.
– Proteger frente a las radiaciones solares UVB y UVA.
– Estar Libres de perfumes.
– Preferiblemente que sea visible, para poder asegurarnos de haber aplicado el fotoprotector sin dejarnos ninguna zona al descubierto.
Os recomiendo el fotoprotector pediátrico Photoderm KID de Bioderma, que además incorpora a la fórmula el péptido C; compuesto patentado para proteger el ADN celular del daño solar y evitar los efectos negativos a largo plazo.
Y tomando todas estas precauciones podréis disfrutar de un verano saludable al sol…