El protector solar: tu primer tratamiento antienvejecimiento

La semana pasada os enseñé este Bloc del Blog Ladival en nuestras redes sociales, y que tanta ilusión me hizo recibir. Pues bien, quiero contaros un poco más sobre este proyecto y de paso que tengáis la oportunidad de leer los artículos que publiqué el año pasado, ya que al tratar sobre fotorpotección siempre están actualizados y forman parte de nuestra rutina de cuidado de la piel, todo el año. Y además os invito conocer este Blog tan interesante, variado, didáctico y profesional. Lo escribimos entre muchos farmacéuticos especialistas en dermofarmacia de toda España, y la implicación que hay por trasmitir buenos hábitos saludables en cuanto a fotoprotección, es realmente lo que motivó este Blog al que Ladival da soporte.

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Siempre que me preguntan digo que si tuviera que elegir un sólo producto antienvejecimiento, sería mi protector solar. 

La acción del sol es muy beneficiosa para nuestro organismo, pero también debemos protegernos de sus efectos negativos porque la piel es la primera barrera de protección y debemos cuidarla, utilizando siempre un protector solar. 

El sol es una de las causas principales del envejecimiento de nuestra piel, por eso se denomina envejecimiento fotoinducido o fotoenvejecimiento. Además, favorece la formación de radicales libres que causan la oxidación de las estructuras biológicas de nuestra piel. Y en definitiva, este es el mecanismo por el que nuestras células y todo nuestro organismo envejece.

Pero, ¿cuáles son los efectos de la radiación solar en nuestra piel?

La radiación solar se compone de radiación infrarroja (IR), luz visible y radiación ultravioleta (UV). Y cada una de estas actúan a distintos niveles causando el fotoenvejecimiento.

– Radiación IR: es muy importante porque supone el 56 % de toda la que recibimos del Sol. Y penetra hasta capas profundas de la piel favoreciendo la degradación del colágeno y por tanto, la pérdida de firmeza.

– Radiación UVA: además de oxidar la melanina de la piel y broncearla de forma directa, también es la causante de la aparición de manchas, está relacionada con el cáncer de cutáneo y provoca la elastosis actínica.  Este fenómeno seguro que lo habéis observado. Son pieles envejecidas de forma acelerada por la acción de esta radiación UVA en las fibras de sujeción, como el colágeno y la elastina. La piel se vuelve áspera, amarillenta, con arrugas profundas, pigmentada de forma irregular, y tiene un aspecto manchado y un tono poco uniforme.

– Radiación UVB: es la que provoca la síntesis de melanina y nos broncea, pero también es la causante de las quemaduras solares y de la descamación de la piel, cuando nos exponemos al sol sin el protector solar adecuado, sin reaplicarlo, o más tiempo de lo recomendado.

Por eso, el protector solar ideal debe contener componentes antioxidantes y filtros para el UVA, UVB e IR-A. Así prevendremos la pérdida de firmeza, la oxidación, y el signo más claro de envejecimiento, las manchas. La mayoría de personas tenemos ligeras manchas en la piel, o irregularidades de tono. Para tratar todos estos factores y además protegernos del envejecimiento fotoinducido, os recomiendo el protector solar de Ladival SPF 30 Acción Anti-manchas con Deléntigo. Protege frente a los tres tipos de radiación (UVB, UVA e Infrarrojo-A), además de principios activos antioxidantes como la vitamina E que contrarrestan la acción de los radicales libres.

Su textura es ligera y a lo largo del día no produce brillos en el rostro. Y gracias a la acción del Deléntigo (complejo patentado de origen natural) a la vez que protege, reduce visiblemente las manchas y previene la aparición de nuevas, unificando el tono de piel.  Está formulado especialmente para exponerse al sol sin problemas de fotosensibilidad, ya que no contiene ácidos.

Mi consejo: para un tratamiento antienvejecimiento completo, utiliza de día, todo el año, un protector solar después de tu crema de tratamiento habitual, limpia correctamente la piel dos veces al día, bebe mucha agua, y por la noche vuelve a utilizar tu crema de tratamiento u otra más intensiva si es necesario.