Probablemente, el título de este artículo, a muchas y muchos de vosotros os resulte extraño o sorprendente. Pero, la ciencia y las investigaciones más recientes; tanto en las líneas de investigación actuales más punteras en Medicina Regenerativa, como en las formulaciones de cosmecéuticos de algunos laboratorios (que buscan corregir y reducir los signos del envejecimiento disminuyendo los mecanismos que causan la inflamación y minimizando la oxidación causada por las agresiones externas e internas), comienzan a plantear y buscar soluciones y tratamientos antienvejecimiento partiendo de la premisa que el “ENVEJECIMIENTO ES UNA ENFERMEDAD”.
¿Habéis oído hablar del envejecimiento saludable? ¿Y si ahora nos hablan de “curar” o tratar el envejecimiento?
Cada vez somos más conscientes, en el cuidado de la salud y la belleza de la piel, de que debe consistir en realizar una rutina dermofarmacéutica correcta, diaria y adaptada a las necesidades particulares de cada persona y su tipo de piel. Y que los hábitos de vida, dónde viva, su alimentación diaria, exposición solar, el estrés, tabaco, patologías crónicas, medicamentos, etc… también van a influir directamente en que el envejecimiento de su piel y en general, de todo su organismo, sea más o menos acelerado; es decir, más o menos saludable, ¿o podemos decir, más o menos patológico?…
Ya que no sólo uno de estos factores va a causar o a acelerar el envejecimiento, sino que todos ellos causan oxidación a nivel celular, inflamación y cambios en nuestros procesos celulares, que potencian nuestro envejecimiento.
Y por eso, el consejo en Dermofarmacia, debe hacerse para una persona concreta, para su entorno y estilo de vida actuales, teniendo en cuenta las siguientes recomendaciones: una rutina dermocosmética personalizada y la suplementación con nutricosméticos (twincosmética), seguir una alimentación saludable, realizar una exposición solar moderada (evitando las horas centrales del día, especialmente los meses de mayor UVI) y el uso diario de protectores solares específicos en cada caso y la actividad física diaria (adaptada a cada persona).
Volviendo al título de esta entrada, el envejecimiento como enfermedad, tengo que destacar que hace un par de semanas durante el VIII Congreso Nacional de Farmacéuticos Comunitarios (SEFAC), tuve la gran suerte de escuchar, aprender y reflexionar del profesor Juan Carlos Izpisúa Belmonte sobre este tema, ya que su ponencia trataba sobre Medicina Regenerativa, Enfermedad y Envejecimiento. Nos habló de las investigaciones más recientes en Medicina Regenerativa, y como sociedad debemos ser conscientes de la relevancia que tienen para nuestras vidas, para el futuro y para la salud. Ya que nos habló de hechos, de experimentos que ya son posibles hoy en día, de la regeneración de tejidos y órganos con células humanas. Y, dando un giro y un paso más allá, de su aplicación hacia la cura de ciertas enfermedades genéticas, o que pueden conseguir normalizar y mejorar la calidad de vida de personas que padecen enfermedades crónicas, como por ejemplo, algunas de carácter autoinmune (aún hoy en día, desconocidas y con tratamientos muy limitados y que suelen complicarse, tanto por los efectos secundarios de los tratamientos farmacológicos, como por el propio proceso de la enfermedad).
Los propios científicos aún no saben dónde llegarán estas investigaciones, o si pronto, tal vez, podamos “curar” el glaucoma… pero como parte de la sociedad nos debemos hacer eco de ello, para favorecer la investigación y conseguir que estos primeros (grandes pasos) que ya desvelan otra nueva forma de estudiar la ciencia, consigan ser una realidad en un futuro no muy lejano.
Y también, en relación a estos temas, como es cada vez más frecuente escuchar, la epigenética está tomando un papel cada vez más relevante, aplicable a la cura y tratamiento de diferentes patologías y también a nivel de los tratamientos antienvejecimiento. Como expuso Paola González Hernández durante la ponencia “Epigenética: estrategias avanzadas para el cuidado de la salud y la piel”. “La Epigenética se refiere a los cambios heredables en el ADN e histonas que no implican alteraciones en la secuencia de nucleótidos y modifican la estructura y condensación de la cromatina, por lo que afectan la expresión génica y el fenotipo. Los mecanismos epigenéticos han cobrado cada vez más importancia debido a la creciente asociación con enfermedades complejas y comunes, así como por su impacto en la salud de generaciones futuras y en la evolución humana. La Epigenética tiene un claro impacto en la salud del individuo, en la de su descendencia y en la evolución de la especie humana; esto hace que sea más importante conocer los mecanismos implicados y la investigación de su papel en condiciones patológicas. Es probable que en los próximos años se intensifiquen los estudios para traducir el código de histonas y descubrir su participación en procesos fisiológicos y patológicos. Finalmente, la Epigenética cambia nuestra perspectiva de la interacción de nuestro bagaje genético con el medioambiente y especialmente con condiciones nutricionales, ya que seríamos capaces de responder y adaptarnos a tales condiciones, además de transmitir esta información a nuestros hijos.” *
Por tanto; debemos ser cada vez más conscientes de la influencia de nuestro entorno en nuestra salud. Ya que, los hábitos de hoy, pueden condicionar las enfermedades y el tipo de envejecimiento a lo largo de nuestra vida.
Y por esto, también es importante destacar, en la prevención de la enfermedad, el concepto exposoma, sobre el que también durante el mencionado Congreso SEFAC, la Dermatóloga Esther Serra-Baldrich, hizo mención en relación al aumento observado en la prevalencia de la dermatitis atópica asociada a este concepto, en los últimos años en países desarrollados. “Bajo el paradigma exposoma se agrupan todos los factores no genéticos que contribuyen a la enfermedad y que son considerados como ambientales que incluye a los productos químicos, fármacos, agentes infecciosos y el estrés psicosocial. Podemos considerar estos colectivamente como factores de estrés ambiental y de utilidad en promoción de la salud. El concepto exposoma permite estudiar las interacciones entre el estrés crónico y los productos químicos ambientales que alteran las vías de respuesta de estrés.”**
Y en algún punto, entre la degeneración progresiva celular y funcional que sufre nuestro organismo a medida que envejecemos y la influencia de nuestro entorno, confluyen, envejecimiento y enfermedad.
¿Podrá cambiar esto la forma de envejecer o revolucionar la Dermofarmacia del futuro?
Todavía no podemos saberlo, pero es en este punto, donde estamos hoy en día, y por tanto; la medicina regenerativa y la antiaging, van en camino de revolucionar y cambiar los tratamientos antienvejecimiento tal como los conocemos hasta la fecha.
¡FELIZ SEMANA!
*García R, Ayala PA, Perdomo SP. Epigenética: definición, bases moleculares e implicaciones en la salud y en la evolución humana. Rev. Cienc. Salud 2012; 10 (1):59-71.)
**Teofila Vicente-Herrero M, Victoria Ramírez Iñiguez de la Torre M, Capdevila García LM, Terradillos García L, López-González AA, Arturo Lopez-Gonzalez A, et al. Exposoma. Un nuevo concepto en Salud Laboral y Salud Pública. Rev Asoc Esp Espec Med Trab. 2016; 25(3): 176-183.
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