El herpes labial o calentura, es una infección causada por un virus. Y en muchas personas suele aparecer de forma recurrente, ya que aunque el 70-80 % de las personas tienen el virus, sólo alrededor de un 25 % desarrollan herpes labial.
Notamos la presencia del herpes labial porque normalmente se acompaña de sensación de hormigueo, picor o calor en la zona donde se desarrolla el virus. A continuación empieza a enrojecerse e inflamarse, hasta formarse una ampolla. Que después forma una costra hasta que cura y la piel recupera su aspecto normal.
Debemos conocer las causas que lo desencadenan, porque el mejor tratamiento para el herpes labial es la prevención. Si sabemos cómo prevenirlo evitaremos también su contagio.
Uno de los factores desencadenantes más importantes, sobre todo en esta época del año, es la exposición solar. La acción del sol favorece la aparición de nuevos brotes de herpes labial, pero una sobreexposición al sol cuando ya tenemos los síntomas y el herpes visible, puede empeorarlo y debido a la radiación solar, dejar una cicatriz en la zona de la ampolla. Ya que la piel que está cicatrizando es mucho más sensible al sol y se pigmenta más rápidamente.
Otros factores como la fiebre y los resfriados, en general todos aquellos que alteren el sistema inmunológico y puedan causar una bajada de defensas, pueden hacer que el virus se active y cause un brote. Por eso, el estrés, la fatiga y la falta de horas de sueño, también pueden ser factores agravantes porque alteran significativamente el sistema inmunitario.
En las mujeres, también puede aparecer en el periodo de la menstruación, o debido a cambios hormonales como la gestación (si hay predisposición al virus y se ha tenido herpes labial con anterioridad).